La agilidad empresarial necesaria para innovar: de la racionalización de la infraestructura a la mejora de los servicios
- Opinión
Muchas empresas se encuentran inmersas en actuaciones de transformación de sus procesos para adecuarse a los cambios que los mercados demandan. La transformación digital no solo consiste en la digitalización de los procesos, sino también en adaptarlos para que se ajusten y sean eficientes con respecto a las nuevas necesidades del negocio. Empezaremos, entonces, a hablar de innovación, donde debemos utilizar la tecnología como un medio para potenciarla y conseguirla, pero no como un fin último de la misma.
Observamos que se requiere innovación en todos los sectores y a todos los niveles, porque los mercados no paran. El público y sus prioridades están cambiando, y eso provoca en las empresas una necesidad de adaptación constante.
Si bien es cierto que cada sector tiene su especialización, y por ello puede tener factores potenciadores de la innovación muy específicos, como pueden ser, por poner algunos ejemplos, la ayuda al diagnóstico en el sector Salud; la especialización del marketing dirigido en el de Retail o la trazabilidad de la mercancía en el de Logística, existe un elemento común a todos ellos: las personas.
Los cambios más significativos en cuanto a innovación en estos últimos años, además, obviamente, de la pandemia, donde se hizo un uso masivo e intensivo de la tecnología, se dan, especialmente, en aquellos mercados en los que el cliente o el usuario final son millennials y/o centennials (o generación Z), ambas generaciones nativas digitales.
Los millennials ya impulsaron el avance de la usabilidad y la experiencia de usuario en los procesos de compra, pero son, sobre todo, los centennials, la generación que ha provocado el salto cualitativo en cuanto a la búsqueda de producto, siendo la primera generación que percibe las marcas como concepto. Esto provoca que las empresas ya no solo tengan que explicar qué es lo que hacen, sino también que mostrar quién son.
Los individuos que forman parte de la generación Z son dependientes digitales. Han estado expuestos desde su nacimiento a la sobreinformación de los dispositivos con pantalla, y para ellos la tecnología es fundamental en su día a día. Por tanto, cualquier oportunidad de innovación para este público se basa, en gran parte, en la propia tecnología. Están acostumbrados, cada vez más, a la disposición de información de forma inmediata; a la toma de decisiones rápida; a ser autodidactas y a los cambios constantes. Perciben el mundo de forma ágil y con multitud de opciones, y esperan que las empresas respondan de igual manera.
¿Cómo pueden las empresas asumir el cambio constante?
Debido a los grandes avances que se han producido en torno a tecnologías disruptivas en áreas como el tratamiento del dato o la automatización, podemos decir que vivimos un momento duce en cuanto a las soluciones tecnológicas a las que las empresas tienen acceso.
A pesar de ello, aún hay muchas compañías que se mantienen ancladas en un formato de despliegue de aplicaciones o servicios que no permite la evolución ante cambios, la escalabilidad para asumir nuevas funcionalidades o, simplemente, la flexibilidad ante un crecimiento puntual.
Si buscamos en la web las características de flexibilidad, escalabilidad o automatización, es fácil que acabemos encontrando el término Kubernetes. Es un concepto que con frecuencia sale a relucir en reuniones o en el momento en el que se está decidiendo un cambio de infraestructura o un nuevo despliegue de servicios, pero…
¿Qué es Kubernetes?
Una definición formal del producto sería la siguiente: Kubernetes (K8s) es una plataforma de código abierto para automatizar la implementación, el escalado y la administración de aplicaciones en contenedores.
En otras palabras, Kubernetes es un ecosistema que ejerce como orquestador de contenedores y que añade nuevas funcionalidades a su uso, pudiendo verse como una plataforma que orquesta la infraestructura de cómputo, de redes y de almacenamiento de manera automática para conseguir la racionalización de la infraestructura y la mejora de los servicios desplegados.
Existen diferentes plataformas, tanto open source como privativas, además de diferentes niveles de adopción de esta tecnología, pero en todas ellas encontraremos ventajas como:
- Escalabilidad y balanceo de carga de forma automática sin necesidad de aumentar el equipo de operaciones.
- Dimensionamiento de la infraestructura acorde a las necesidades de entrega de las aplicaciones de manera consistente y fácil.
- Posibilidad de configurar la manera de escalar una aplicación o un servicio aumentando su número de réplicas, dependiendo de métricas monitorizadas por la plataforma.
- Portabilidad de la plataforma, permitiendo la ejecución en cualquier lugar, aprovechando la infraestructura propia del cliente on-premise, híbrida o nube pública.
- Interacción con otros sistemas gracias a una API Rest que permite el control, creación, actualización y eliminación de recursos.
Así pues, consigue la automatización de la gestión de la infraestructura, logrando la racionalización de los recursos a la medida de cada situación, además de permitir la escalabilidad y la flexibilidad para la modernización de las aplicaciones desplegadas. En Omega Peripherals estamos preparados para poder evaluar, diseñar y desplegar esta tecnología, ayudando a nuestros clientes a dar un paso más en la innovación que actualmente se demanda.
Autor: Gabriel González, Innovation Business Director de Omega Peripherals